3. Los encuentros virtuales
Presentación
Todas las comunidades lectoras en medios digitales que hemos mencionado tienen una característica en común que fortalece su interacción y su sentido de pertenencia: se reúnen de manera virtual constantemente. Es decir, organizan reuniones que no suceden necesariamente en la red social donde se conocieron, sino en otras plataformas donde se permiten interactuar mostrando sus rostros, como si fueran amigos que se reúnen a la distancia. Una de las consecuencias de la pandemia de COVID-19 fue la popularización de las videollamadas, una herramienta que las comunidades virtuales utilizan desde hace mucho tiempo atrás ¿Bajo qué normas se rigen sus encuentros? ¿Qué otros mecanismos utilizan para mantenerse en comunicación constante? Daremos un pequeño recorrido a esas otras herramientas que las comunidades lectoras tienen a su alcance para generar conversación y crear lazos afectivos entre ellos. Sí, todo a partir de la lectura.
Objetivo general
Dimensionar la importancia de los encuentros virtuales para el fortalecimiento de las comunidades lectoras en medios digitales.
Desarrollo
Instagram es una red social que surgió en 2010, la cual está enfocada en compartir imágenes y videos con otros usuarios. Entre las funciones que podemos encontrar en ella se encuentran las “historias”, imágenes o videos que duran veinticuatro horas y a las que se les puede añadir todo tipo de adorno visual: stickers, encuestas, música, texto, etc. También tiene la función de transmisiones en vivo, las que pueden utilizarse de forma individual o colectiva. Se le ha denominado como “la red social de las apariencias”, pues los contenidos que se comparten son, en su mayoría, sobre estilo de vida. Sin embargo, también podemos encontrar contenido relacionado con la lectura.
Es en esta red social donde surgieron los bookstagrammers, lectores de todo tipo que utilizan su cuenta de Instagram para compartir sus lecturas de la forma más estética posible. Es decir, en esta red lo que tiene un peso mayor es la fotografía, pero no cualquier fotografía, el reto de ser bookstagrammer es dotar de atmósfera a las imágenes que se comparten, de tal manera que emulen el ambiente de la historia o que con los detalles se den pistas de la trama.
Algunas dinámicas que utilizan los bookstagrammers para socializar:
Retos de lectura que cumplen mediante fotografías e imágenes. Por ejemplo, se proponen leer ciertos títulos, y luego, los comparten en su perfil cumpliendo con algunas consignas para las fotografías. Es decir, por ejemplo: que salgan ciertas locaciones, colores, objetos, etc.
Utilizan la herramienta de “historias” para generar interacción con otros lectores y decidir en conjunto cuál será su próxima lectura. También, suelen compartir datos curiosos sobre los autores o sobre los contenidos literarios que consumen.
Pueden convocar a charlas mediante las transmisiones en vivo de la red social. En ellas hablan sobre sus lecturas o sobre sus formas de leer. Conviven e intercambian experiencias.
TikTok es una red social que nació en 2016, con apenas cinco años de existencia se ha convertido en una de las más importantes a nivel mundial. Se utiliza para hacer una variedad de videos de formato corto, desde géneros como danza, comedia y educación, que tienen una duración de 15 segundos a 10 minutos. Su éxito radica en la brevedad de sus contenidos, así como en lo fácil que resulta editar videos para conseguir resultados complejos y emocionantes.
En esta red social también hay una fuerte presencia de lectores, mismos que se han denominado booktokers. Estos usuarios muestran en sus videos las lecturas que están realizando, graban reseñas u opiniones exprés; juegan e interactúan con su lectura mediante sketches, algunos sacados de la misma plataforma, otros de creación propia. Hay quienes se animan a realizar trailers o comerciales de las historias que leen, probando que el mundo de la publicidad y el cine está más que nunca al alcance de la mano. Gracias al algoritmo de la aplicación que puede mostrar los videos, según las clasificaciones de hashtags que se eligen, las visualizaciones e interacciones pueden llegar a miles de cuentas en cuestión de segundos. Un dato curioso sobre la comunidad booktoker es que la mayoría de sus integrantes no rebasan la edad de veinte años, lo que puede brindar luz acerca de las nuevas formas de hablar sobre la lectura entre los jóvenes.
¿Conocías alguna de estas comunidades virtuales? ¿Te animas a participar en alguna? Te invitamos a crear tu cuenta en alguna de estas redes y explorar los contenidos que los bookstagrammers y booktokers tienen para nosotros. Quizá, mediante la interacción, descubrirás lo sencillo que es realizar este tipo de contenidos y te animes a formar parte de sus dinámicas. Cuando nuestros antepasados comenzaron a controlar el fuego hace entre 400.000 y 1 millón de años, las llamas no solo les permitieron cocinar sus alimentos o defenderse de los depredadores, sino que lograron, también, algo igualmente fantástico (o más): hicieron sus días más largos. Reunirse alrededor de una fogata permitió a los grupos humanos compartir historias que les llevaron a reforzar sus lazos y desatar la imaginación para vislumbrar un sentido más amplio de la comunidad, según concluye un estudio de la Universidad de Utah (EE.UU.), publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Estos encuentros nocturnos reforzaron las tradiciones y promovieron la armonía e igualdad de los grupos humanos.
Después, con el avance del tiempo y la evolución de la especie, las reuniones alrededor del fuego tal vez fueron mermando, pero nunca dejaron de existir las comunidades que se reunían a conversar y escuchar historias. Siguen existiendo hasta el día de hoy, y de hecho, se vieron impulsadas por los nuevos parámetros de socialización que tuvimos que atender para evitar los contagios de COVID-19. Gracias a la tecnología, esos encuentros pueden suceder en espacios virtuales y conectar a personas de todas latitudes, creencias, edades e intereses.
Las comunidades lectoras de medios digitales suelen organizar encuentros donde comentan las lecturas que realizan, se acompañan a leer o invitan a personas del medio editorial a conversar con ellos. Las convocatorias pueden ser públicas o privadas, tienen duración desde los 15 minutos hasta varias horas continuas. Pueden ser encuentros de una vez o repetirse periódicamente. Una característica valiosa de estos encuentros y, en general, de las comunidades virtuales, es animarse a conocer a personas “desconocidas”. Se ha hablado mucho sobre cuidar la seguridad en las redes sociales y sobre no confiar en nadie en la red. Sin embargo y, aunque no se niega que ese peligro existe, los encuentros virtuales apelan a la confianza. Sin la valentía de establecer una cita con personas que jamás hemos visto de forma presencial, las comunidades virtuales no serían lo que son.
En los siguientes subtemas explicaremos las herramientas que utilizan las comunidades virtuales para mantenerse en constante comunicación y organizar exitosamente sus encuentros virtuales.
Es en esta red social donde surgieron los bookstagrammers, lectores de todo tipo que utilizan su cuenta de Instagram para compartir sus lecturas de la forma más estética posible. Es decir, en esta red lo que tiene un peso mayor es la fotografía, pero no cualquier fotografía, el reto de ser bookstagrammer es dotar de atmósfera a las imágenes que se comparten, de tal manera que emulen el ambiente de la historia o que con los detalles se den pistas de la trama.
Algunas dinámicas que utilizan los bookstagrammers para socializar:
Retos de lectura que cumplen mediante fotografías e imágenes. Por ejemplo, se proponen leer ciertos títulos, y luego, los comparten en su perfil cumpliendo con algunas consignas para las fotografías. Es decir, por ejemplo: que salgan ciertas locaciones, colores, objetos, etc.
Utilizan la herramienta de “historias” para generar interacción con otros lectores y decidir en conjunto cuál será su próxima lectura. También, suelen compartir datos curiosos sobre los autores o sobre los contenidos literarios que consumen.
Pueden convocar a charlas mediante las transmisiones en vivo de la red social. En ellas hablan sobre sus lecturas o sobre sus formas de leer. Conviven e intercambian experiencias.
TikTok es una red social que nació en 2016, con apenas cinco años de existencia se ha convertido en una de las más importantes a nivel mundial. Se utiliza para hacer una variedad de videos de formato corto, desde géneros como danza, comedia y educación, que tienen una duración de 15 segundos a 10 minutos. Su éxito radica en la brevedad de sus contenidos, así como en lo fácil que resulta editar videos para conseguir resultados complejos y emocionantes.
En esta red social también hay una fuerte presencia de lectores, mismos que se han denominado booktokers. Estos usuarios muestran en sus videos las lecturas que están realizando, graban reseñas u opiniones exprés; juegan e interactúan con su lectura mediante sketches, algunos sacados de la misma plataforma, otros de creación propia. Hay quienes se animan a realizar trailers o comerciales de las historias que leen, probando que el mundo de la publicidad y el cine está más que nunca al alcance de la mano. Gracias al algoritmo de la aplicación que puede mostrar los videos, según las clasificaciones de hashtags que se eligen, las visualizaciones e interacciones pueden llegar a miles de cuentas en cuestión de segundos. Un dato curioso sobre la comunidad booktoker es que la mayoría de sus integrantes no rebasan la edad de veinte años, lo que puede brindar luz acerca de las nuevas formas de hablar sobre la lectura entre los jóvenes.
¿Conocías alguna de estas comunidades virtuales? ¿Te animas a participar en alguna? Te invitamos a crear tu cuenta en alguna de estas redes y explorar los contenidos que los bookstagrammers y booktokers tienen para nosotros. Quizá, mediante la interacción, descubrirás lo sencillo que es realizar este tipo de contenidos y te animes a formar parte de sus dinámicas. Cuando nuestros antepasados comenzaron a controlar el fuego hace entre 400.000 y 1 millón de años, las llamas no solo les permitieron cocinar sus alimentos o defenderse de los depredadores, sino que lograron, también, algo igualmente fantástico (o más): hicieron sus días más largos. Reunirse alrededor de una fogata permitió a los grupos humanos compartir historias que les llevaron a reforzar sus lazos y desatar la imaginación para vislumbrar un sentido más amplio de la comunidad, según concluye un estudio de la Universidad de Utah (EE.UU.), publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Estos encuentros nocturnos reforzaron las tradiciones y promovieron la armonía e igualdad de los grupos humanos.
Después, con el avance del tiempo y la evolución de la especie, las reuniones alrededor del fuego tal vez fueron mermando, pero nunca dejaron de existir las comunidades que se reunían a conversar y escuchar historias. Siguen existiendo hasta el día de hoy, y de hecho, se vieron impulsadas por los nuevos parámetros de socialización que tuvimos que atender para evitar los contagios de COVID-19. Gracias a la tecnología, esos encuentros pueden suceder en espacios virtuales y conectar a personas de todas latitudes, creencias, edades e intereses.
Las comunidades lectoras de medios digitales suelen organizar encuentros donde comentan las lecturas que realizan, se acompañan a leer o invitan a personas del medio editorial a conversar con ellos. Las convocatorias pueden ser públicas o privadas, tienen duración desde los 15 minutos hasta varias horas continuas. Pueden ser encuentros de una vez o repetirse periódicamente. Una característica valiosa de estos encuentros y, en general, de las comunidades virtuales, es animarse a conocer a personas “desconocidas”. Se ha hablado mucho sobre cuidar la seguridad en las redes sociales y sobre no confiar en nadie en la red. Sin embargo y, aunque no se niega que ese peligro existe, los encuentros virtuales apelan a la confianza. Sin la valentía de establecer una cita con personas que jamás hemos visto de forma presencial, las comunidades virtuales no serían lo que son.
- Se convocan con tiempo de antelación. Si es posible, las comunidades de lectores establecen un calendario donde fijan todas las fechas y horarios de sus encuentros. Utilizan herramientas como Google Calendar para agendar las citas. Cuando llega el día del encuentro, muchos de los miembros de las comunidades hacen rituales como si el encuentro fuera presencial; es decir, se arreglan, se conectan desde un sitio en específico, preparan su material de conversación.
- Se fija la duración y el objetivo de las sesiones. Los miembros de una comunidad lectora saben que están ahí por gusto, así que entre mayor orden tengan sus sesiones de encuentro, más claro tendrán el tiempo que pueden dedicarle a ellas.
- Existe la figura de la persona mediadora o gestionadora de la reunión virtual. Este papel puede rolar entre quienes integran la comunidad, o mantenerse fijo. Su tarea es cuidar que la conversación no caiga, además de que la reunión se mantenga dinámica y fluida. Veremos más adelante algunas herramientas que puede tener quien se encarga de la mediación de sesiones virtuales, para gestionar, de manera eficaz, este tipo de actividades.
- Ya hemos mencionado este punto, pero vale la pena recalcarlo: Es importantísimo que los encuentros virtuales sean espacios seguros para todos los miembros de la comunidad. Sitios donde imperen el respeto, la horizontalidad, la empatía, en donde se escuche y aliente la participación de todas las personas.
En los siguientes subtemas explicaremos las herramientas que utilizan las comunidades virtuales para mantenerse en constante comunicación y organizar exitosamente sus encuentros virtuales.
Encuentros virtualesExpone
Abril G. Cabrera |
|
Recursos de lectura sugeridos
- (28 de septiembre 2014) Las historias antes de dormir nacieron en una fogata. ABC. https://www.abc.es/ciencia/20140928/abci-historias-antes-dormir-nacieron-201409261819.html?ref=https:%2F%2Fwww.google.com%2F
Conclusión
Aunque el tiempo avance y la vida cambie, los seres humanos seguimos siendo personas con necesidad de interacción y diálogo. Podemos reunirnos para conversar sobre gran cantidad de temas y uno de ellos, sin duda, es la lectura. Los encuentros virtuales son un paso natural en el fortalecimiento de las comunidades lectoras de medios digitales. Prácticamente, todas buscan entablar lazos y relaciones entre sus miembros. Después de todo, la lectura también puede ser un pretexto para conocer personas y hacer nuevos amigos.